Así puede su coche convertirse en una tea ardiente sin previo aviso

Así puede su coche convertirse en una tea ardiente sin previo aviso.

Ni película, ni ficción: la realidad arde más de lo que creemos

Si uno creyera que los incendios de coches son cosa de películas, se equivoca como quien confía en el intermitente del de adelante. Lo dijo sin rodeos Juan José, mecánico de los que no maquillan la verdad: “Su coche puede arder sin que usted lo vea venir”. Y no le falta razón.

Porque mientras usted lee esto con el aire acondicionado puesto y la música a volumen cómodo, hay motores que ya están oliendo a goma fundida, mangueras que sudan combustible y cables eléctricos que crujen como brasas esperando su oportunidad. El fuego no manda WhatsApps: aparece, crepita y destruye.

Los coches modernos también arden

No hace falta tener un coche viejo para que arda. Basta con un conector mal apretado, una fuga en un manguito, o un depósito con vapores sin control. Porque el fuego no distingue años ni marcas. Un eléctrico, un híbrido o un diésel de toda la vida puede incendiarse igual si las condiciones están dadas.

Y lo peor es que la mayoría de los conductores no están preparados. No revisan. No previenen. No se lo esperan. Y, sobre todo, no llevan consigo lo esencial: un sistema de extinción accesible y eficaz.

La venta de extintores: una urgencia mal entendida

A este punto, conviene hablar claro. La venta de extintores debería estar en todas las gasolineras, talleres y concesionarios. Igual que se compran ambientadores o lubricantes, debería poder adquirirse un extintor básico. Pero no, no se promueve. No se habla de ello. Se trata como si fuera opcional, como si no fuera necesario.

Y sí lo es. Lo es cuando el capó empieza a soltar humo. Lo es cuando no hay tiempo ni para abrir la puerta. Lo es cuando hay vidas y vehículos en juego.

El extintor portátil: discreto, silencioso… imprescindible

Aquí entra el gran olvidado: el extintor portátil. Ese cilindro que debería estar en cada coche, pero que muy pocos llevan. No molesta, no pesa y puede salvar un vehículo entero. Solo requiere voluntad, previsión y un mínimo de conciencia.

Este tipo de extintor está diseñado para actuar rápido. No hace falta formación militar ni ser un experto en emergencias. Solo saber dónde está y cómo se usa. Cinco segundos de reacción pueden evitar miles de euros en daños y, sobre todo, un susto inolvidable.

¿Por qué seguimos sin incluirlo en la rutina del conductor? Porque, simplemente, no se habla lo suficiente de esto. Y eso nos cuesta muy caro.

El incendio: ese monstruo que siempre llega de improviso

No nos cansamos de repetirlo: el incendio no avisa. No manda señales evidentes. A veces empieza con un leve olor raro, una chispa fugaz, una vibración distinta. Otras veces, con nada. Solo aparece, devora y desaparece, dejando un amasijo de hierros calcinados.

Y mientras tanto, los minutos corren, el fuego se propaga y el conductor observa impotente porque no tenía cómo actuar.

Un extintor portátil puede ser la diferencia entre un susto y una tragedia. Entre un parte al seguro o una historia que contar con lágrimas.

Lo que no se revisa, se quema

La mayoría de los incendios podrían evitarse con algo tan básico como una revisión periódica. Sí, esa que siempre posponemos. Esa que “no hace falta porque el coche arranca bien”. Pues no. El coche puede arrancar como un campeón y aún así estar listo para arder.

Hay que revisar mangueras, fusibles, el estado del cableado, el sistema de inyección y los conectores de alta temperatura. Todo eso es combustible para un incendio si está en mal estado. Y lo peor es que no se ve. Solo se descubre cuando ya es tarde.

Formación, responsabilidad y acción inmediata

Tenemos un problema de fondo: no sabemos qué hacer si el coche empieza a arder. No hay formación, no hay información, no hay cultura de prevención. Ni en autoescuelas ni en campañas públicas se habla de esto.

Y sin embargo, el fuego es tan real como cualquier otro riesgo en carretera. Aprender a actuar, saber cómo usar un extintor, conocer los primeros pasos ante una emergencia, debería ser parte del ABC del conductor moderno.

Y no lo es. Porque no se exige. Porque no se enseña. Porque no interesa. Pero cuando el fuego aparece, todos quisiéramos haber sabido qué hacer.

El peligro está más cerca de lo que pensamos

No se trata de infundir miedo. Se trata de abrir los ojos. Los incendios de coches no son anécdotas lejanas ni rarezas urbanas. Son más comunes de lo que creemos.

Y la respuesta es sencilla: llevar un extintor, revisarlo cada cierto tiempo, y entender que nuestra seguridad comienza por anticiparnos. Porque el fuego no espera. Ni pregunta. Solo llega.

No hay excusas para no actuar hoy. Mañana puede ser demasiado tarde.

También te puede interesar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *