El fuego arrasa en Caldas de Reis: una tragedia evitable en la hostelería gallega

El fuego arrasa en Caldas de Reis: una tragedia evitable en la hostelería gallega.

Sobre la una de la tarde, cuando los comensales llenaban la terraza y la cocina de la tapería 5 Jotas echaba humo (literalmente), el corazón de Caldas de Reis fue sacudido por un suceso que no necesita hipérboles: una columna de humo gigantesca, visible desde varios kilómetros, anunciaba lo inevitable. No era una parrillada. No era un fogonazo. Era un incendio. Y de los graves.

Un estallido en la cocina que devoró una terraza entera

La cocina exterior, esa joya del verano gallego, donde el aroma a pimientos de Padrón y chipirones convive con la brisa, se convirtió en cuestión de segundos en un infierno de llamas. La estructura de madera, los toldos, la grasa acumulada y el intenso uso del mediodía fueron cómplices perfectos para que el fuego se propagara sin tregua. Las llamas no se quedaron ahí. Alcanzaron ventanas, persianas y balcones del edificio colindante, obligando al desalojo de los vecinos.

¿Qué falló? El sistema de extinción de incendios en campanas extractoras brillaba por su ausencia

Aquí hay que decirlo claro, como haría Carlos Herrera: si hay cocina profesional y no hay un buen sistema de protección, se está jugando a la ruleta rusa. Hoy en día, un sistema de extinción de incendios en campanas extractoras no es solo recomendable. Es vital. Detecta la temperatura, actúa de forma automática, corta el suministro y libera agentes extintores. Es decir, hace el trabajo antes de que lo haga el fuego.

La extinción campanas de cocina, un salvavidas olvidado

La historia de la tapería 5 Jotas nos deja una lección que no debe caer en saco roto: la extincion campanas de cocina puede marcar la diferencia entre cerrar un día con éxito o ver cómo los bomberos remueven cenizas. ¿Por qué insistimos tanto en esto? Porque el fuego en cocina, cuando se combina con grasa, aceites y calor, no da margen de reacción humana. Solo la tecnología, bien instalada y bien mantenida, puede frenar esa avalancha.

Cuando el incendio va más allá de las llamas: una crisis vecinal

No fue solo la terraza. No fue solo la cocina. Fue el vecindario entero el que sufrió las consecuencias. Las llamas lamieron fachadas, ennegrecieron cristales y obligaron a familias enteras a salir de sus casas. Y aquí es donde toca hablar de responsabilidad: la prevención contra incendios en la hostelería no puede quedarse dentro del local. Tiene que considerar lo que hay alrededor. Porque un incendio, cuando se descontrola, no respeta paredes ni fronteras.

¿Dónde estaban los extintores y quién sabía usarlos?

Ah, los extintores. Esos artefactos rojos que cuelgan en la pared como decoración. Lo repetimos siempre: tenerlos no basta. Hay que saber dónde están, cuál es su tipo, cómo se usan y cuándo no arriesgar la vida por intentar apagar lo imposible. Muchos trabajadores de cocina jamás han hecho una práctica real con uno. Y eso es un fallo garrafal. El primer minuto de fuego es el más decisivo, y si nadie actúa con conocimiento, el fuego gana.

Materiales ignífugos: lo que no se ve, pero salva

La estructura de la terraza ardió como si hubiera sido rociada con gasolina. ¿Por qué? Porque no estaba construida con materiales ignífugos. Porque el toldo, probablemente de lona sintética, actuó como mecha. Aquí entran en juego las barreras pasivas contra incendio: paneles, recubrimientos, aislamientos. No son llamativos, pero son el muro invisible que frena la desgracia.

Mantenimiento técnico: lo que se olvida hasta que es demasiado tarde

Todo sistema —por bueno que sea— requiere mantenimiento. Las campanas, los conductos, los sensores de temperatura. Si no se limpian, si no se revisan, si no se prueban… se convierten en un decorado inútil. Nosotros defendemos un modelo de revisión trimestral, con técnicos certificados y un historial de inspecciones. Porque los incendios no esperan al próximo trimestre.

El personal debe estar entrenado, no improvisado

No es lo mismo saber freír un huevo que saber reaccionar ante una emergencia. Los empleados de cualquier local de hostelería deben recibir formación básica en prevención y actuación. Saber cortar el gas, conocer las salidas de emergencia, identificar los puntos de fuego y mantener la calma cuando el calor aprieta. Una cocina bien entrenada no solo cocina bien. También sabe apagar un fuego antes de que se coma todo el negocio.

Prevenir no es opcional, es sobrevivir

Lo de Caldas de Reis no es una anécdota. Es una advertencia. Una llamada de atención con humo, fuego y desalojos. Si tienes un local, si gestionas un restaurante, si montas una terraza en verano… piensa en esto: ¿y si hoy fuera tu cocina la que ardiera? ¿Tienes sistemas activos? ¿Mantenimiento? ¿Formación? ¿Extintores funcionales? ¿Campanas protegidas?

Si la respuesta es “no”, ya estás tardando. Porque el fuego no avisa, solo arrasa.

 

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