Incendio deja sin hogar a familia necesitada

La madrugada aún no despertaba del todo cuando la tragedia hizo su entrada en la vida de María Guadalupe. Su casa, esa que albergó risas de niños y cenas humildes, fue consumida por las llamas. En apenas minutos, solo les quedó la ropa puesta y los ojos atónitos del dolor. Su hogar, en el barrio El Resbalón, ya no existe. Hoy, ella y sus pequeños caminan entre cenizas, buscando manos que quieran ayudar.

Cocinas que callan el humo

En situaciones como esta, uno no puede evitar pensar en lo que podría haberse evitado. En muchas cocinas, aún falta implementar un sistema extinción automática campanas extractoras, ese escudo invisible que apaga el peligro antes de que se convierta en desastre. No basta con buenos deseos; hace falta prevención. El silencio del fuego se puede conseguir con tecnología que proteja lo más sagrado: la vida en familia.

Reglas que salvan, aunque nadie las vea

Muchas veces, las normas parecen letra muerta hasta que un incendio las revive. La normativa extinción campanas de cocina existe para evitar tragedias como la que vivió esta familia. No se trata de burocracia: son reglas que salvan hogares. Cumplirlas debería ser más que una obligación; debería ser un acto de amor por quienes viven bajo nuestro techo.

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