La mañana amanecía con normalidad en el barrio de La Estrella, pero pronto se tornó en sobresalto. Incendio en restaurante Entrepuentes, un fuego repentino emergió de una freidora, rompiendo la rutina. Uno de los empleados, con temblor en las manos pero claridad en la mente, dio aviso a los servicios de emergencia. A los pocos minutos, la calle Río Cidacos se llenó de sirenas y pasos apresurados.
Cuando las llamas toman la cocina
El fuego, como un visitante no invitado, tomó fuerza en cuestión de segundos. Las freidoras, dos en total, quedaron envueltas en llamas. A pesar de la rapidez de los bomberos de Logroño, fue necesaria una ardua tarea de ventilación para despejar el humo denso que se adueñaba del local. El incidente encendió también la conversación sobre la importancia del sistema extinción automática campanas extractoras, que pudo haber cambiado el desenlace.
Lecciones entre humo y silencio
Uno de los trabajadores fue trasladado al Hospital San Pedro, mientras que otros seis fueron atendidos en el lugar por el personal del Servicio Riojano de Salud. La escena, cubierta de hollín y tensión, nos recuerda lo frágil que es la rutina en la hostelería. Y también resalta la necesidad de revisar el cumplimiento de la normativa extinción campanas de cocina, para evitar que el fuego sorprenda otra vez.
