La N-240 arde en Montblanc: ¿Se hubieran podido evitar daños o minimizarlos con un extintor para coche?

La N-240 arde en Montblanc: ¿Se hubieran podido evitar daños o minimizarlos con un extintor para coche?

Qué tendrá el asfalto de nuestras carreteras que a veces se calienta no solo por el sol, sino por la tragedia. Y más si hablamos de la N-240, esa vieja columna vertebral que une Tarragona con Lleida, tan transitada como olvidada en el mantenimiento. Este domingo 27 de julio, cuando el calor apretaba sin piedad y el tráfico cargaba con el tedio estival, la vía volvió a ser protagonista. Pero no de una mejora, ni de una apertura vial. No. Fue protagonista de un incendio que acabó con un coche, su remolque y la tranquilidad de muchos.

Los hechos ocurrieron en el punto kilométrico 31,3, justo a su paso por Montblanc, ese corazón noble de la Conca de Barberà, tierra de vinos y tradiciones, ahora manchada de ceniza y humo. A las 17:14 horas, los Bomberos de la Generalitat recibieron el aviso: fuego en la calzada, vehículo en llamas, situación crítica. En cuestión de minutos, cinco dotaciones se desplazaron al lugar, una auténtica movilización que habla por sí sola del peligro inminente.

Las primeras chispas y el papel de un extintor coche

En ese preciso instante en que todo se descontrola, cuando el humo empieza a filtrarse por el capó y los ocupantes se bajan como pueden, se plantea una pregunta clave: ¿y si alguien hubiera tenido un extintor coche en condiciones?

Porque no se trata de milagros, ni de ciencia ficción. Se trata de prevención, reflejos y equipo mínimo. Un extintor coche homologado, revisado y ubicado correctamente, puede contener el inicio de un fuego antes de que devore el vehículo entero. Puede marcar la diferencia entre una llamada de advertencia y una de auxilio.

Aquí, la escena lo dijo todo: el coche quedó reducido a escombros ardientes, el remolque fue pasto de las llamas, y la vía… testigo mudo y chamuscado de un episodio que quizás, solo quizás, se podía haber contenido en su fase inicial.

Extintor para coche: la diferencia entre actuar o lamentar

Siguiendo el desarrollo de los hechos y el relato de las autoridades, el fuego se expandió con rapidez. Lo que empezó siendo un problema localizado acabó en un infierno rodado, cortando el tráfico, generando una nube negra visible desde kilómetros y obligando a intervenir a varios equipos de emergencias.

Y de nuevo, volvemos a lo esencial: el extintor para coche. Porque no hablamos de grandes unidades de espuma o camiones cisterna. Hablamos de un dispositivo portátil que cabe en el maletero, fácil de accionar y útil en los primeros segundos críticos.

La mayoría de incendios en vehículos comienzan en el motor o en la instalación eléctrica. En esas circunstancias, actuar con rapidez usando un extintor para coche puede suponer el control total del fuego o su expansión imparable.

Incendio en Montblanc: el asfalto que ardió como yesca

El incendio, según el parte de los Bomberos, fue declarado controlado después de una intervención profesional y rápida. Pero el daño ya estaba hecho. El vehículo quedó calcinado, el remolque inutilizado, y el tránsito interrumpido durante más de una hora. Todo esto en pleno corazón de una vía interurbana clave, que soporta tráfico pesado, turismo interno y vehículos particulares.

Y aquí es donde hay que poner el foco: este tipo de incidentes no son inevitables, pero sí pueden minimizarse. Un incendio en carretera es un peligro multiplicado: por el entorno, por la posibilidad de afectar a más vehículos, por el impacto ambiental y por el colapso logístico que genera.

Cada minuto cuenta. Y cada recurso de contención vale oro. Por eso, volver a insistir en la importancia del extintor en carretera no es manía: es una necesidad lógica, urgente y perfectamente asumible.

No todo arde por culpa del azar: la negligencia también prende

Porque también hay que decirlo sin paños calientes: no todo fuego nace del destino o de una chispa azarosa. Muchos de estos incidentes se gestan por falta de mantenimiento, por sobrecargas eléctricas mal revisadas, por fugas de combustible, por ruedas desgastadas.

Y cuando eso ocurre, solo hay dos caminos: estar preparados o ser víctimas. No hay un punto medio cuando las llamas ya lamen la pintura del capó.

El extintor: ese gran olvidado que debería ser obligatorio

En muchos países europeos, llevar un extintor para coche no es una recomendación, es una obligación. Y no por capricho, sino porque se ha demostrado que reduce riesgos, frena incendios y salva vidas.

En España, su uso no es obligatorio para turismos, pero sí lo es para vehículos industriales, autobuses, y ciertos vehículos de transporte. ¿Y qué pasa con el coche familiar? ¿Con el utilitario que recorre 300 kilómetros semanales con niños en los asientos traseros? ¿No merece el mismo nivel de prevención?

Nosotros creemos que sí. Y que la conciencia vial no se mide solo en cinturones o en radares, sino en cultura de seguridad.

El fuego no espera, la prevención tampoco debe hacerlo

Lo de Montblanc es un recordatorio, un fogonazo literal que nos obliga a mirar al maletero y preguntarnos: ¿llevamos un extintor, sabemos usarlo, está cargado?

Porque a veces, basta un minuto para que el viaje acabe en tragedia.

Y porque como decía aquel sabio de taller: “más vale cargar con un extintor toda la vida, que necesitar uno solo una vez y no tenerlo.

 

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