Ribadeo, mediodía entre humo: la campana extractora que encendió las alarmas.
Una chispa doméstica que reaviva el eterno olvido de la prevención
Hay días que se levantan con aroma a calma, y hay mediodías que se tuercen con una columna de humo. Ayer, en una vivienda de A Devesa, en el municipio lucense de Ribadeo, una campana extractora se convirtió, sin quererlo, en el epicentro de todas las miradas. Un incendio doméstico, aparentemente menor, pero con todo el potencial para complicarse, hizo saltar las alarmas del vecindario y movilizó al completo el dispositivo de emergencias del 112 Galicia.
Según fuentes oficiales, fue un particular quien, al divisar la humareda saliendo al exterior del inmueble, dio el aviso. En pocos minutos, los efectivos de bomberos, Protección Civil y Policía Local ya estaban desplegados. El fuego fue controlado. No hubo que lamentar daños personales. Pero el aviso quedó flotando en el ambiente: la cocina puede ser una trampa si se le da la espalda.
Las cocinas modernas también arden
Vivimos rodeados de electrodomésticos que prometen seguridad, eficiencia, automatismos. Pero bajo la estética impoluta del acero inoxidable, la grasa sigue haciendo de las suyas, silenciosa, persistente, acumulativa.
La campana extractora, ese electrodoméstico que usamos cada día sin pensar, es mucho más que un aparato decorativo. Su función de eliminar humos y vapores es vital, sí, pero también su mantenimiento. Porque cuando se descuida, se transforma en un foco de peligro tan letal como silencioso.
Filtros campana extractora: la frontera invisible entre el aire limpio y el fuego
Llegamos al verdadero nudo de esta historia. Los filtros campana extractora, esos elementos olvidados, se encargan de retener la grasa que asciende con cada comida. Y esa grasa, cuando se acumula, deja de ser un residuo para convertirse en combustible puro.
Un filtro sucio es una mecha colgada del techo. No necesita una chispa, basta con una temperatura elevada sostenida, o una simple llama de la cocina que se desplace con el aire ascendente. La prevención empieza por el desengrasante, no por la manguera de bomberos.
Por eso, desde nuestra responsabilidad profesional, insistimos: los filtros campana extractora deben limpiarse con una periodicidad estricta, dependiendo del uso, del tipo de cocina, y del sistema de ventilación. Lo que está en juego no es solo el electrodoméstico. Es el hogar entero.
Motor campana extractora: el silencio que puede estallar
Conviene centrar la mirada en otro elemento que suele pasar desapercibido: el motor campana extractora.
Este componente, aunque invisible para la mayoría de los usuarios, es el corazón del sistema de extracción. Trabaja horas sin descanso, y lo hace muchas veces en condiciones hostiles: calor, vapor, humedad, grasa. Si los filtros están sucios, si la salida de humos está obstruida, el motor se sobrecalienta. Si no se revisa a tiempo, puede prender fuego desde dentro.
El problema no es solo técnico, es estructural. Un motor campana extractora descuidado no solo reduce el rendimiento del equipo, aumenta de forma directa el riesgo de incendio. Y una vez comienza el fuego dentro del sistema, la propagación hacia los muebles de cocina o el falso techo es cuestión de segundos.
La grasa no perdona y la rutina tampoco: alerta en todas las cocinas
Este tipo de incidentes no distingue entre vivienda rural o ático urbano, entre cocina doméstica o industrial. El peligro está en todas partes, y lo peor es que siempre empieza igual: con una pequeña humareda que nadie supo anticipar.
La clave está en cambiar el enfoque. El mantenimiento preventivo no debe ser una opción, sino una obligación. Cambiar filtros, revisar motores, limpiar los conductos. Todas esas tareas que se postergan son, en realidad, la primera línea de defensa contra un incendio. Y no lo decimos por alarmismo: lo decimos porque lo vemos, una y otra vez.
Seis pasos para evitar que tu campana extractora sea noticia
Porque más vale actuar que lamentar, compartimos algunas recomendaciones esenciales que todo usuario responsable debería seguir:
- Limpieza quincenal de los filtros campana extractora si se cocina con regularidad.
- Revisión técnica del motor cada seis meses por un profesional cualificado.
- Uso exclusivo de productos homologados y resistentes al fuego.
- No cocinar sin ventilación adecuada ni tapar salidas de humo.
- Instalar detectores de humo y calor en cocinas con uso intensivo.
- Investigar en este blog de hosteleria.
Estos gestos, mínimos en esfuerzo, son enormes en prevención. La seguridad empieza por la rutina.
El fuego no es cuestión de suerte, sino de responsabilidad
Lo sucedido este mediodía en Ribadeo es más que una anécdota local. Es un recordatorio para todos: lo que parece seguro puede volverse letal si se descuida. Las campanas extractoras están para servirnos, pero también exigen cuidados. Y si no los tienen, lo pagan en forma de fuego, humo, pérdida y miedo.
Que no sea tu cocina la próxima en protagonizar una noticia. Que no sea tu familia la que tenga que salir corriendo por no haber limpiado un filtro. Porque cuando el incendio empieza en casa, no hay titular que lo apague.

